La investigación se llevó a cabo en siete playas remotas del Caribe colombiano.
La investigación se llevó a cabo en siete playas remotas del Caribe colombiano.
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Archivo Triple A

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Madera a la deriva: trampa natural de basura marina en playas remotas del Caribe colombiano

De acuerdo con estudio liderado por la Uniatlántico, y publicado por la revista científica Marine Pollution Bulletin.

Un estudio pionero liderado por la Universidad del Atlántico, en colaboración con centros de investigación de Marruecos, Francia y Estados Unidos, reveló cómo los restos de madera que se acumulan en las playas remotas del Caribe no solo son parte del ecosistema, sino que actúan como trampas naturales para los desechos plásticos, funcionando como un nuevo indicador de la contaminación marina.

El hallazgo ha sido publicado en la reconocida revista científica Marine Pollution Bulletin.

Por primera vez a nivel mundial, un equipo de científicos ha documentado de forma sistemática cómo la madera a la deriva (troncos, ramas y raíces) depositada de forma natural en las playas, funciona como una estructura pasiva de retención para la basura marina, especialmente residuos plásticos.

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El profesor Nelson Rangel-Buitrago de la Universidad del Atlántico lideró este descubrimiento, en colaboración con investigadores de Ibn Zohr University (Marruecos), el Instituto Francés de Investigación para la Explotación del Mar (Ifremer) y Grand Valley State University (Estados Unidos).

Un estudio riguroso en el Caribe colombiano

Las playas con mayor cobertura de madera también presentaban una mayor concentración de residuos.

La investigación se llevó a cabo en siete playas remotas del Caribe colombiano. Allí, el equipo implementó un riguroso protocolo de muestreo, cuantificando tanto la cantidad de madera a la deriva como los tipos de basura presentes, con especial atención a los plásticos.

Los análisis estadísticos arrojaron una clara asociación: las playas con mayor cobertura de madera también presentaban una mayor concentración de residuos principalmente fragmentos de espuma de poliestireno, botellas plásticas, tapas de botellas, sandalias y envolturas plásticas ligeras.

“Estos restos de madera, que llegan arrastrados por ríos o mareas, no solo son parte del ecosistema natural, sino que también actúan como trampas físicas para los residuos flotantes”, explicó Rangel-Buitrago.

“Su estructura irregular crea barreras donde la basura queda atrapada por acción de las corrientes y las olas. Este fenómeno ha sido subestimado y puede cambiar la forma en que entendemos la dinámica de acumulación de residuos en playas tropicales”, añadió.

Nuevas herramientas para el monitoreo y la gestión ambiental

El estudio no solo confirma este mecanismo de retención natural, sino que también introduce nuevas herramientas para su monitoreo. Los autores propusieron índices ambientales como el Índice de Abundancia de Madera y el Índice de Cobertura de Madera, que permiten estimar la capacidad de retención de cada playa. Estos indicadores podrían ser clave para mejorar los sistemas de monitoreo en regiones con acceso y recursos limitados.

Otro aporte innovador del trabajo es su llamado a considerar la madera a la deriva no como desecho, sino como un elemento funcional del ecosistema costero. Al identificarla como un “proxy ecológico” para la acumulación de residuos, los investigadores proponen su inclusión en estrategias de gestión ambiental basadas en soluciones naturales, más sostenibles y adaptadas a contextos tropicales.

Cooperación científica con proyección global

Los resultados de esta investigación no solo tienen aplicaciones para Colombia, sino también para otras regiones tropicales.

Además del impacto ambiental, el estudio destaca por su modelo de cooperación científica. Bajo el liderazgo de la Universidad del Atlántico, el equipo integró capacidades de cuatro países en tres continentes, demostrando cómo las alianzas académicas internacionales pueden abordar problemas globales desde lo local. “Este es un ejemplo de ciencia del Caribe colombiano con proyección internacional”, destacó Rangel-Buitrago.

Los resultados de esta investigación no solo tienen aplicaciones para Colombia, sino también para otras regiones tropicales afectadas por la contaminación marina.

Su enfoque metodológico puede ser replicado en islas, manglares y otros hábitats costeros donde la madera a la deriva está presente, abriendo nuevas líneas de trabajo sobre las interacciones entre elementos naturales y residuos plásticos.

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